El ajo es una planta perenne que crece a partir de un bulbo subterráneo dividido en dientes. Su distintivo sabor y aroma lo han hecho un ingrediente esencial en numerosas gastronomías alrededor del mundo. Pero más allá de su uso culinario, el ajo posee múltiples beneficios para la salud.
Vamos a explorar en detalle cuáles son las propiedades del ajo, que su consumo regular puede mejorar tu bienestar.
El compuesto alicina, puede inhibir las células cancerígenas | jackmac34, PDPics
La alicina, que se forma cuando el ajo crudo es triturado, es uno de los antioxidantes más poderosos presentes en este vegetal. Estos compuestos ayudan a proteger las células para evitar el desarrollo de enfermedades crónicas como el cáncer y las enfermedades cardíacas.
Mejora la salud cardiovascular
El ajo ayuda a reducir los niveles de colesterol total y LDL (conocido como colesterol “malo”), mientras que puede aumentar el colesterol HDL (el “bueno”). Además, el ajo actúa como un anticoagulante natural, reduciendo la formación de coágulos sanguíneos, lo que disminuye el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Refuerza el sistema inmunológico
Sus compuestos sulfurados, como la alicina, tienen propiedades antimicrobianas que pueden combatir una amplia gama de bacterias, virus y hongos. Incorporar ajo a tu dieta puede ayudar a reducir la duración y la severidad de los resfriados comunes y otras infecciones.
Efectos antiinflamatorios
El ajo posee propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a mitigar los síntomas de condiciones como la artritis. Consumir ajo regularmente puede ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo, mejorando la calidad de vida en personas que padecen enfermedades inflamatorias.
La tensión arterial se mantendrá controlada si incorporas el ajo a tu dieta | Charliepix, Getty Images
Potencial anticancerígeno
Los compuestos presentes en el ajo, como la alicina, han mostrado la capacidad de inhibir el crecimiento de células cancerosas en varios estudios de laboratorio. Aunque se necesita más investigación en humanos, los resultados preliminares son prometedores y sugieren que una dieta rica en ajo puede reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer.
¿Cómo incorporar el ajo a la dieta?
Crudo o cocido: Cada forma aporta sus propios beneficios. El ajo crudo contiene niveles más altos de alicina. Sin embargo, el ajo cocido también conserva muchas de sus propiedades beneficiosas y es más fácil de digerir para algunas personas.
Suplementos de Ajo: Para aquellos que no soportan el sabor o el olor del ajo, los suplementos de ajo son una alternativa conveniente. Estos suplementos están disponibles en forma de cápsulas o tabletas y pueden ofrecer muchos de los mismos beneficios que el ajo fresco.
Incorporación en la Dieta: Añadir ajo a tu dieta es sencillo y puede mejorar el sabor de muchos platos. Puedes usar ajo fresco en ensaladas, salsas, adobos y salteados. También es un excelente ingrediente en sopas, guisos y platos al horno.
Precauciones y contraindicaciones
Aunque el ajo es generalmente seguro para la mayoría de las personas, consumirlo en grandes cantidades puede causar efectos secundarios como mal aliento, acidez estomacal y malestar gastrointestinal. Debido a sus propiedades anticoagulantes, podría producir problemas a quienes toman medicamentos anticoagulantes o que van a ser sometido a cirugía.
las personas con problemas intestinales, deben consumir ajo con moderación | Getty Images
Así que la próxima vez que prepares una comida, no dudes en añadir un poco más de ajo y disfruta de sus maravillosas propiedades.
Carina Tocmeleas, Pexels 
